Cómo integrar chimeneas y estufas en la decoración
Ya sabemos que en las casas hay que tener previsto un sistema de calefacción para cuando lleguen los meses de más frío, especialmente si la ubicación de la vivienda es en algún lugar que acuse especialmente las bajas temperaturas. Y aún con independencia del termómetro exterior, en la mayoría de casos se busca disfrutar de un clima de bienestar y confort en todas las estancias. Por tanto, incluir calefacción se hace necesario cuando afrontamos cualquier proyecto de interiorismo, ya sea de obra nueva o de reforma.
Sin entrar en conceptos muy técnicos, opciones hay varias para calentar la casa, entre otras, estufas, acumuladores, suelo radiante, radiadores, chimeneas, bomba de calor, etc. En este post vamos a hablarte de las estufas y chimeneas, incidiendo, sobre todo, en el punto de vista que más nos gusta, el decorativo, resaltando el espectáculo casi mágico que siempre ofrece el fuego.
Cuando se conserva la chimenea existente en una reforma
A veces nos pasa que llegamos a una vivienda que debemos reformar donde ya existe una chimenea y los propietarios desean conservarla e integrarla en la nueva decoración del salón, que es donde normalmente están ubicadas. En estos casos, la mayoría son chimeneas de obra y se muestran abiertas. La ventaja es que parte del trabajo que implica instalar una chimenea ya está hecho, si hablamos de la salida de humos, teniendo que comprobar que el tiro funcione bien.
En lo concerniente al hueco de la chimenea también jugamos con ventaja porque ya está encastrado en la propia obra y simplemente se trata de respetarlo. Si el material que recubre su interior está muy deteriorado por el uso, se cambia por otro que cumpla las mismas condiciones, es decir, con ladrillos o placas refractarias.
Las posibilidades de una chimenea de origen
Respecto a la parte exterior de la chimenea que vamos a conservar, hay más posibilidades de cambios, con nuevos acabados y diseños en cuanto a materiales y colores, porque de lo que se trata es de integrarla en la nueva decoración. Lo cierto es que la pared que hay sobre la chimenea da mucho juego para poner elementos decorativos, como espejos, cuadros, molduras, etc., e incluso se puede colgar el televisor. Algunas chimeneas de obra también cuentan con una balda superior de apoyo que forma parte de la propia boca de la chimenea.
Y si la chimenea de origen a conservar se tiene claro que no se va a utilizar nunca, esto permite que a esa estancia de la casa se le pueda dar otro uso distinto tras la reforma y que la chimenea luzca en su versión más puramente decorativa.
Chimenea o estufa con vista a dos espacios
Hay proyectos de interiorismo y decoración en los nos solicitan una chimenea o una estufa y entonces en nuestro estudio activamos las diferentes opciones de diseño que permite el espacio donde la quieren colocar. Lo primero es tener en cuenta que la salida de humos es condición obligatoria y lo segundo es saber si la quieren encastrada o exenta. La primera opción siempre resultará más integrada en el conjunto y no quitará espacio, aunque implica más trabajo.
El encastre puede hacerse durante la obra en una de las paredes laterales de la estancia o se puede diseñar, como hicimos en este proyecto, un muro estrecho expresamente para acoger el fuego y situarlo en medio del espacio. La idea no es solo poder pasar por ambos lados, sino que el calor se expanda todavía más al elegir un modelo abierto por las dos caras que permite también visualizar el fuego desde ambos espacios.
Encastrada en un mueble a medida
El encastre en obra también plantea otras alternativas tan personalizadas como la que hicimos para este proyecto. Se trata de revestir la pared con la misma madera del mueble, creando un efecto ‘mono block’ muy atractivo. En este caso, la integración del fuego con la decoración de la estancia es total, tanto cuando está encendido como apagado, sobre todo seleccionando una pieza acristalada como esta de líneas rectas, simples.
Chimenea o estufa como elemento añadido
Si no queremos o no podemos encastrar la chimenea o la estufa en la pared, o si te has decidido ahora añadirla al salón de casa, no pasa nada. Hay que tener en cuenta que esta pieza, entonces, pasa a ser uno de los elementos más importantes del espacio y, como tal, hay que elegirlo acorde al conjunto, no solo estéticamente, sino también por dimensiones.
Si hablamos de estética, hay que saber de antemano que su color será, mayormente, siempre el negro y que el conducto de la salida de humos estará a la vista, pero esto es una ventaja si pensamos que todo el calor que éste desprende se va a expandir por la estancia. Y para una mayor comodidad de uso, se recomienda que en la parte inferior se incluya un espacio para almacenar el combustible de la madera.