Las cortinas más recomendables para decorar tu habitación

La decoración de un dormitorio no está completa sin las cortinas. Y ya no solo por una cuestión estética, sino porque ayudan a tamizar la luz, aíslan del frío y, sobre todo, aportan intimidad. Opciones de cortinas hay muchas, por eso hemos hecho una selección de las que mejor se ajustan a todos los estilos.

diciembre 7, 2022

En decoración, con relación a las ventanas, lo tenemos muy claro: si no se visten con cortinas, el proyecto de la estancia no se puede considerar terminado, y si hablamos de dormitorios, con más motivo todavía. No podemos permitir esa sensación de ver las ventanas desnudas, literalmente. Son el vestido que necesitan y en este post vamos a mostrarte varios modelos para que puedas elegir el que más te guste o el que se adapte a tu estilo decorativo.

Las cortinas forman parte de los elementos textiles de la casa, lo que significa que ofrecen infinidad de opciones en cuanto a texturas, colores y materiales, dentro de la gama de tejidos adaptados a las cortinas, porque no todo vale. Y luego está la opción del diseño final, es decir, se puede elegir entre las clásicas cortinas de caída hasta el suelo, los visillos, los estores e incluso las venecianas. Te las explicamos todas en este post, con imágenes incluidas.

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Las cortinas ‘de toda la vida’ son las que cubren hasta el suelo, ya se trate de una ventana o de una salida al exterior, tipo balcón o jardín. Obviamente, necesitan más tejido y ocupan más espacio pero, por otro lado, aportan ese empaque estético al dormitorio que no tienen los otros tipos de cortina. El enganche superior puede ser con barra o con riel y la tendencia es dejar unos centímetros de más en la base para que arrastren y aporten ese toque de informal elegancia.

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¿Y por qué no poner dos cortinas con caída? Es una idea muy acertada para dormitorios de estilo más clásico, que buscan que las ventanas tengan su particular protagonismo en el conjunto de la estancia. En estos casos se juega con la combinación de los tejidos: uno tipo visillo, más transparente y ligero en la parte más exterior, y otro más grueso y tupido, y normalmente en un color que contraste, en la más interior. Dependiendo del momento del día, se utiliza uno u otro para cubrir la ventana.

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Como bien se dice, “para gustos, los colores”. Y en las cortinas no es una excepción. A los habituales tonos neutros, claros, recomendables para fomentar la relajación y el descanso que pide un dormitorio, se suman otros que, aun siguiendo esta línea armoniosa, pueden elegirse en base a otros colores que tenga el espacio, a juego con paredes o cojines, por ejemplo. Y aunque normalmente se usan telas lisas, también cabe la posibilidad de elegirlas con algún estampado que nos guste. En este caso, las rayas verticales crean el efecto óptico de ‘estirar’ la altura del techo haciendo más amplio el dormitorio.

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El segundo de los modelos que más utilizamos en nuestros proyectos son los estores, de connotaciones más modernas que las cortinas. La ventaja también es que te permite vestir lo que es el perímetro de la ventana como tal, sin necesidad de llegar hasta el suelo, ocupando menos espacio y dejando que esta parte inferior pueda utilizarse para colocar un mueble, por ejemplo. Pero en ventanas balconeras sí hay que confeccionarlo hasta el suelo. En esta imagen puedes ver las dos opciones, cuyos estores han de llevar el mismo tejido, dado que se encuentran en el mismo dormitorio.

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Pero como pasa con las cortinas, el acabado del tejido del estor está abierto a texturas y colores al gusto del cliente y en línea con la decoración del dormitorio. Cualquier tono que no sea el blanco o beige, dejará pasar menos la luminosidad natural, pero, por contra, aportará mayor intimidad cuando sea de noche y se enciendan las luces de dentro. Se recomienda elegir un color que combine con otros del dormitorio para integrarlo en la decoración.

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¿Y se puede combinar cortina y estor? ¡Por supuesto que sí! Y como cuando se combinan dos cortinas, el estor -que va en la parte más exterior de la ventana- ha de confeccionarse en un tejido claro, que permita el paso de la luz y con las dimensiones de la ventana, dejando unos 10 centímetros por cada lado. La cortina, por su parte, elígela en un tejido más oscuro que contraste y de mayor opacidad, que facilite el recogimiento nocturno e incremente la intimidad desde el exterior.

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Hasta ahora hemos hablado en todas las opciones de cortinas de tela, pero hay otra propuesta que se presenta en otros materiales, como la madera, el aluminio o el PVC. Hablamos de las cortinas venecianas, caracterizadas por estar hechas de lamas cuyo juego de movimiento permite regular la entrada de luz y de visión exterior, además de poderse subir y bajar a la altura deseada. Se pueden elegir en varios colores e incluso hacerse a medida, y aportan otro estilo al dormitorio, más actual y funcional.

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Hemos dejado para el final la excepción que podría justificar una ventana sin cortinas y es el hecho de que ésta cuente con su propio sistema de aislamiento del exterior, tanto a efectos de visión como de temperatura. Hablamos de ventanas de estructura antigua, normalmente de madera, con porticones que se abren y se cierran según el momento. Las cortinas para estas ventanas son más una opción y no tanto una necesidad.

Como ves, opciones de cortina hay varias y lo mejor de todo es que son un elemento que podemos ir variando cuando queramos porque no implica un excesivo gasto y, a cambio, te permite percibir tu dormitorio con una decoración nueva y diferente.